Nuestro estado de ánimo impulsa la locura según la etapa de nuestra vida en la que nos encontramos, por ejemplo cuando estás enamorado tu nivel de locura está casi en lo más alto. Al amor yo la clasifico como una locura agridulce, cuando ese amor es correspondido el sabor de su locura es dulce, te impulsa a hacer cosas bonitas, escaparte con esa persona, trepar hasta su habitación, esa locura te proporciona felicidad, como si de una inyección se tratara, felicidad en estado puro.
Otra cosa muy distinta es cuando el amor duele, cuando la locura tiene sabor agrio, de color negro. Personalmente esta locura no se la recomiendo a nadie; esta te impulsa a depresiones, a volverte adicto a la tristeza y eso no es nada saludable.
La diversión no es otra cosa que locura salada y el alcohol, para mí, un estimulante de esta.
Por eso mismo, ¿quién ha de decidir si estamos locos o cuerdos? Supongo que nosotros mismos no nos damos cuenta de cuando padecemos locura y cuando no. Ya se sabe, la locura es algo que solo los locos disfrutan o padecen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario