En un pequeño instante de descuido todo se volvió borroso y sin luz. Me sentí sola y nerviosa ante la multitud del recto pasillo. El foco de claridad buscó mi mirada y al fin la encontró, perdida, hipnotizada, mostrándome el bello ser que aguardaba junto a la puerta. La perfección dio forma a su alargada y esbelta figura haciéndola atractiva e irresistible. Su piel, blanca como la nieve hacía contraste con la oscura melena negra. Sus labios, rosados y perfectos, dejaban paso a las palabras que yo, por mi embobamiento, no pude captar con claridad.
Notaba como mi corazón palpitaba a tanta velocidad y fuerza que parecía salirse de mi pecho de un momento a otro. Sentí lo nerviosa que me ponía por estar cerca de él. Me sudaban las manos, sentí pánico, pero felicidad, por tener la suerte de contemplarlo. ¿Qué es el amor? No hay palabras para describirlo, pero esto es lo más parecido al extraño sentimiento del que tanto oímos hablar. Algo abstracto, pero lo más hermoso y fuerte que podemos encontrar en este camino, que es la vida.
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